Sí, se confirma que los días de Fernando Fernán Gómez tenían veintiséis horas. Lo dice, entre risas, Helena de Llanos, cineasta, investigadora, escritora y, además, nieta del inclasificable creador. «¡Pues él decía que era un vago!… Claro que al ver todo lo que hacía, tenía que reconocer que era ‘un vago que trabaja mucho’». Lo sabe muy bien De Llanos, que ha dedicado los últimos cinco años de su vida a rebuscar, ordenar, clasificar e inventariar los papeles de Fernán Gómez, una de las figuras más polifacéticas de nuestra cultura.
Y precisamente ese aspecto, su polifacetismo, es lo que muestra ‘El libro de Fernando Fernán Gómez’, un soberbio, primorosamente editado y revelador volumen, subtitulado ‘Antología polifacética de obra y
vida’, que acaba de publicar Blackie Books con edición y textos de la propia Helena de Llanos y de Jorge de Cascante. «Hace un año me llegó la propuesta de la editorial -explica la investigadora- para hacer un libro con el legado de Fernán Gómez e incluirlo en una pequeña colección en la que ya se han publicado otros dos volúmenes dedicados a Gloria Fuertes y a Gila».
«El libro guarda, de alguna forma, fidelidad a esta idea fernandina de la transformación por derivación como modus operandi, de la mezcla de fragmentos hilados como forma de contar una historia, en este caso, la historia de una vida -escribe Helena de Llanos en el prólogo-. Guiados por los textos de Fernando -es él mismo, su voz y su letra, quien nos cuenta su andadura- , Jorge de Cascante y yo hemos seleccionado los materiales que nos resultan más adecuados para el propósito marcado: dar eco a su relato y a los restos culturales que ha dejado tras de sí. Es éste un libro de naturaleza asincrónica. Por poner un ejemplo, un suceso acaecido en su infancia establece una correspondencia textual con una obra de los ochenta, encontrándose unidos en páginas contiguas por medio de una pirueta temporal en absoluto caprichosa. En resumen, este libro quiere ofrecer un retrato, digamos, una versión plausible del tipo pelirrojo larguirucho que desde niño fue distinto, particular».
A lo largo de 544 páginas Fernando Fernán Gómez se despliega a través de 70 extractos de su obra literaria, 300 fotografías -varias de ellas inéditas-, 85 pasajes que narran escenas de su vida repartidas por todo el libro, y contadas por el propio Fernando -que incluye una selección de sus apasionantes memorias, recogidas bajo el título ‘El tiempo amarillo‘-, carteles de cine y teatro, recortes de prensa, sus ‘Cartas a los Reyes Magos’, que escribía, pasados los 80 años, a petición de Emma Cohen; y su discurso de ingreso en la Real Academia Española, que leyó el 30 de enero de 2000 y se titula ‘Aventura de la palabra en el siglo XX’.
El libro recoge textos de ‘El vendedor de naranjas’ (1961), ‘Cineclub’, guion inédito para el ciclo de películas emitido en TVE (1982), ‘El viaje a ninguna parte’ (1985), ‘Los ladrones’ (1986), ‘El mal amor’ (1987), ‘El actor y los demás’ (1987), ‘Impresiones y depresiones’ (1987), ‘Retal’ (1988), ‘El mar y el tiempo’ (1988), ‘Historias de la picaresca (1989), ‘El arte de desear’ (1992), ‘Tejados de Madrid’ (1992), ‘El ascensor de los borrachos’ (1993), ‘La Puerta del Sol (1995), ‘Cuentos de fútbol’ (1995), ‘Desde la última fila: cien años de cine’ (1995), ‘¡Stop!: novela de amor’ (1997), ‘Las anécdotas del teatro: ¡aquí sale hasta el apuntador!’ (1997), ‘El tiempo amarillo: memorias ampliadas (1921-1997)’ (1998), ‘Oro y hambre’ (1999), ‘Nosotros, los mayores’ (1999), ‘La escena, la calle y las nubes’ (2000), ‘Al pie de la letra’ (2000), ‘Puro teatro y algo más’ (2002), ‘Mi infancia son recuerdos…’ (2002), ‘El canto es vuelo’ (2002), ‘El tiempo de los trenes’ (2004), ‘Teatro’ (2019) y ‘Dos comedias y algo más’ (2021).
«Antes de nada, creo necesario que ustedes sepan, de mi propia voz, quién tiene el honor y el placer de dirigirles la palabra. Y esta deliberada falta de educación la cometo no en atención a los profesionales extranjeros que pueden encontrarse en la sala, sino a los jóvenes, que, dada la veloz evolución de las ideas en nuestros tiempos, son respecto a nosotros, los mayores, más extranjeros aún que los curiosos forasteros. My name is Fernando Fernán Gómez. Voy camino de los ochenta años. Comencé mi oficio de actor, por herencia familiar, a los dieciséis, en plena Spanish Civil War».
Este texto encabeza el ‘Imaginario fernandino’ con el que se abre el volumen, un caleidoscopio retrato del creador que se va trenzando a partir de su vida. «El libro nos descubre precisamente el polifacetismo de Fernando, que escribía poesía, teatro, novela, artículos, diarios, guiones cinematográficos -se incluye un fragmento de ‘No hace falta estudiar’, el guion que escribió para un episodio especial de la serie ‘Cuéntame’, pero que nunca se rodó-…, que dibujaba… Aparece el Fernando más tierno, el más desconocido, el creador abundante -no está toda la obra, evidentemente, pero sí muestra un mapa general de su producción».
«No sabría con qué quedarme», contesta lógicamente Helena de Llanos cuando se le pregunta qué destacaría del libro. Pero tras unos instantes, descubre sus preferencias: «Las Cartas a los Reyes Magos muestran su lado más tierno. Las escribía todos los años, a petición de Emma Cohen». El sentido del humor del creador se demuestra en que, una vez nombrado académico, las escribiría con faltas de ortografía, revela De Llanos. «Qeridos Relles Majos -se lee en una de ellas-: LLa beo qe no tenéis cosas en buestros almacenes. O me traeis: Varniz para óleo. Brocha plana para varnizar cuadros. Una nobela que se yama El sol de Vreda y hotra El club Dumas las 2 de Arturo Pérez o no hos buelbo ha pedir nada. ¡Biba la República! Fernando».
El libro incluye nueve de ellas, manuscritas o mecanografiadas, y dirigidas a los tres Reyes Magos, a la «Querida reina maga Melchora, Gaspara y Baltasara» o al «querido rey Melchor». Sus peticiones son muy variadas, desde libros -las más de las veces-, hasta «unas zapatillas de casa parecidas a las que tengo en Castellana», «unos zapatos mocasines marrones del número 42 que no parezca que son como de baile», «una camisa de invierno de tonos marrones o beiges», «un ordenador como el que ha explicado Emma. Como tú eres mago, ya sabrás cómo es», «dos peines buenos (uno es para Emma, que me lo quita siempre)» o «varios bolígrafos que pinten de diversos colores».
Emma Cohen está lógicamente muy presente en este libro; hay, incluso unas páginas especiales, en distinto color, dedicadas a ella, con documentos, fotografías, collages, poemas y textos diversos de la actriz, a la que Fernán Gómez conoció en 1970 y con la que estuvo hasta su muerte, en 2007.
«El resto es trabajo y amor durante más de tres décadas -escribe Helena de Llanos en la apertura del cuadernillo dedicado a Emma-. Teatro, cine, escritura conjunta. Primero compartieron una larga mesa de madera en Madrid, cada uno en un extremo. Después se instalaron en algo parecido al campo y cada uno tenía su mesa, en un mismo espacio diáfano y de altos techos. Que Emma y Fernando se retroalimentaron en lo creativo y en lo íntimo es evidente para cualquiera que llegara a tratarlos. Este libro pretende, entre otras cosas, dar cuenta de ello. La pregunta sobre si Fernando eclipsó a Emma es habitual. La respuesta depende. Diríase, por ejemplo, que más que eclipsarse Emma creció. Se topó con un árbol junto al que encontrar sombra y cobijo. Ese árbol resultó ser un ingeniosísimo titán y tal vez por eso Emma eligiera compartir tanto tiempo con él».
Destaca Helena de Llanos también una faceta apenas conocida de Fernando Fernán Gómez: la de dibujante. El libro la muestra a través de varios ‘storyboards‘ -los guiones gráficos de las películas- que él mismo dibujó. «Los tenía guardados y poca gente sabía de ellos. Hace poco vino a casa José Sacristán y le regalé un ‘storyboard’ en el que Fernando le había dibujado a él; Pepe no sabía que existía. Los dibujaba además con mucho detalle, no eran simples bocetos». El libro muestra páginas de los ‘storyboards’ de varias películas y series: ‘El pícaro’ (1974-1975), ‘Mambrú se fue a la guerra’ (1986), ‘Fuera de juego’ (1991), ‘Siete mil días juntos’ (1994), ‘Las mujeres de mi vida’ (1994), ‘Pesadilla para un rico’ (1996), y dos que no llegaron a rodarse: ‘Marta y María’ y ‘La Puerta del Sol’.
Helena de Llanos reconoce que espulgar el legado de Fernán Gómez ha sido un trabajo laborioso, pero al tiempo muy divertido y satisfactorio. Cree que el libro puede ayudar a que se le conozca más como creador y como persona -«en realidad, es lo mismo», dice»- y le gustaría, asegura, «que todo el legado en el que lleva trabajando cinco años «fuera de acceso público» y alguna entidad se hiciera cargo de él.
En el libro aparece también una «edición manuscrita, ejemplar único, especialmente confeccionada para el gran actor y protector de las letras don Fernando Fernán Gómez» de una entrevista publicada en el diario ‘Pueblo’ el 14 de enero de 1953. En ella se veía así:
-¿Cómo eres?
-¿Por dentro?
-No, por fuera.
-Alto, flaco, pelirrojo; ya sabes.
-Ahora por dentro, Fernando.
-Triste, alegre, serio; en fin, nada.
El libro echa el telón con una fotografía de Fernando Fernán Gómez en la concha del apuntador de un teatro y un pie con la frase: «¿Que el trabajo dignifica al hombre? Eso es un disparate». Lo dijo un vago que trabajó mucho.
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